Nuestro albergue se ha desvanecido, todos han ido saliendo hacia otros centros, apenas quedan unos pocos animales a la espera de ser trasladados, nos quedan las instalaciones vacías y en ellas aún podemos verlos a todos, aunque nos ronde la nostalgia podemos sentirnos felices de conseguir dar a cada uno de ellos el mejor destino posible, de saber que a todos - sin excepción- los hemos dejado en buenas manos con el compromiso de continuar a su lado. Desde esta ventana abierta iremos contando toda su aventura y la de nuestra propia desaparición. Todavía no tenemos respuesta para muchas preguntas que nos hagan comprender la realidad del cierre de un refugio de animales abandonados, acudir a los problemas económicos solo pone de manifiesto una indiferencia lamentable que tarde o temprano nos pasara factura, a nadie se le escapa que recoger a los desamparados ha sido siempre un mal negocio y posiblemente tampoco que existen otro tipo de beneficios más allá de las finanzas, pero no sabemos bien por qué por encima de todo encontramos siempre al dinero y eso ya es suficiente para "entender" que ciertos proyectos no merecen la pena, quizá por eso hoy nos sentimos así.
lunes, 29 de marzo de 2010
Merece la pena
Nuestro albergue se ha desvanecido, todos han ido saliendo hacia otros centros, apenas quedan unos pocos animales a la espera de ser trasladados, nos quedan las instalaciones vacías y en ellas aún podemos verlos a todos, aunque nos ronde la nostalgia podemos sentirnos felices de conseguir dar a cada uno de ellos el mejor destino posible, de saber que a todos - sin excepción- los hemos dejado en buenas manos con el compromiso de continuar a su lado. Desde esta ventana abierta iremos contando toda su aventura y la de nuestra propia desaparición. Todavía no tenemos respuesta para muchas preguntas que nos hagan comprender la realidad del cierre de un refugio de animales abandonados, acudir a los problemas económicos solo pone de manifiesto una indiferencia lamentable que tarde o temprano nos pasara factura, a nadie se le escapa que recoger a los desamparados ha sido siempre un mal negocio y posiblemente tampoco que existen otro tipo de beneficios más allá de las finanzas, pero no sabemos bien por qué por encima de todo encontramos siempre al dinero y eso ya es suficiente para "entender" que ciertos proyectos no merecen la pena, quizá por eso hoy nos sentimos así.
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